No consumen, experimentan. No adquieren, alquilan. Así, son los transumers: consumidores transitorios, motivados por el constante descubrimiento, cuya máxima principal es luchar contra el aburrimiento. Les espantan las posesiones, todo lo que signifique fijo y permanente.
El origen de este nombre no es nuevo y en un principio sirvió para apelar a los consumidores de transición, que viajaban mucho y compraban en lugares como hoteles o aeropuertos. Pero esta forma de vida se ha trasladado a un segmento de la población al que le interesa el aquí y el ahora. En la revista Trendwatching afirman: “El pasado es historia y el futuro incierto, por lo tanto, lo único que queda es el presente, vivir para el ahora”.
Se trata de un comprador liberado de las molestias que implican las posesiones y la propiedad. A los transumers ya no les interesa invertir en algo que suene a futuro, como una casa, un coche, o ropa clásica y de buena calidad. Contra esa inmovilidad nada mejor que el alquiler, el leasing o la ropa de temporada.
Fuente: Marketing+Ventas.