El líder no nace, se hace. Un líder no es un héroe, no es perfecto. Se equivoca, y mucho. Su secreto radica en saber evaluar las fuerzas que determinan qué comportamiento sería el más adecuado en un momento dado.
Esto, que a simple vista puede parecer sencillo, es todo un reto para la el ciudadano común. La impulsividad nos lleva a actuar y hablar de más antes de que podamos pararnos a pensar, analizar y razonar una u otra situación.
“Ser un buen líder no es fácil”.
Y liderar un equipo de forma exitosa menos. El fundador y CEO de Alibaba, Jack Ma, explicaba en una entrevista que lo más difícil es hacer que personas muy diferentes puedan trabajar juntas. El jefe quiere estar rodeados de los “mejores”. El líder quiere a los adecuados. Mientras uno cree que sólo con tener a los mejores en un sector es suficiente para alcanzar el éxito, el otro sabe que generar las sinergias para que las personas puedan trabajar juntas y crear equipo es el verdadero secreto del éxito empresarial.
Saber generar sinergias entre las personas para que puedan trabajar juntas es el trabajo de un buen #líder Clic para tuitearNo hay nada peor para un empleado llegar a un espacio de trabajo donde no haya ese sentimiento de equipo. La desmotivación y la apatía puede hacer mella en cualquier persona que no se sienta satisfecha en su trabajo.
Y, esto, es de lo más habitual.
6 características de un MAL líder
La falta de empatía, las rígidas estructuras y las ordenes dictatoriales acaban por matar la felicidad que un trabajador puede encuentra en su trabajo.
Pero hay más cualidades o actitudes que suelen tener los malos lideres:
Estar mal informado o desinformado
Para llevar a tu equipo al éxito es fundamental que conozcas todas las áreas de trabajo y recabes información. Un directivo desinformado o mal informado es un lastre. Ralentiza las áreas de trabajo y desmotiva a los trabajadores.
El líder es el responsable de guiar al grupo para que el trabajo que se ejecute tenga la misma dirección.
Por ello, el líder tiene que estar al tanto de lo que ocurre. De otro modo, los empleados no tomarán en serio lo que dice. Perderán la confianza en él y acaban mofándose de lo que dice.
Ser poco práctico
Los peores managers o jefes son los que desconocen los principios básicos de gestión, aquellos que son incapaces de adaptarlos a las necesidades individuales de los equipos.
Evita ser irreflexivo y poco claro a la hora de comunicar tus decisiones.
Ser pesimista
Hay que ver el lado bueno de las cosas, ya se en el trabajo o en nuestra vida personal.
Por lo general, los buenos líderes prefieren tomar la perspectiva optimista, no sólo por su propio bienestar, sino por el del equipo. La equivocación o los problemas inesperados siempre van a estar ahí, lo que cuenta es la actitud con la que les hacemos frente.
El mal líder adoptará una actitud inflexible, opresora y rígida, la cual no motivará a los empleados y jugará un papel en contra del éxito.
Temen a la competencia
Un buen líder sabe aumentar el eficiencia de los que le rodean para mejorar su rendimiento y motivación. Pero si en algún momento surge el temor de ser sustituido por algún miembro del equipo, debe saber que esto no sucederá. Saber que su equipo esta funcionado y dando el 100% es que está realizando una buena función como líder.
Falta de imaginación
Sin imaginación todo líder es incapaz de generar planes de acción o hacer frente a las emergencias que puedan guiar de forma eficaz a los seguidores.
Justamente en momentos así, todos los ojos van a parar al líder quien debe saber reaccionar de forma correcta para hacer frente a cualquier problema.
Ser egoista
Un mal líder reclama para sí mismo todos los honores del trabajo de sus seguidores, puede estar seguro que en algún momento se encontrará con un resentimiento constante por parte de ellos.
Cuando alguien sigue a un líder lo hace porque se siente identificado con el mismo; con su forma de pensar y actuar, por lo tanto actuar egoístamente significa romper ese eslabón importante en la cadena de cualquier liderazgo.