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En España seguimos sin estar habituados a esta nueva forma de consumo.
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Solo un 12,5% recurre a internet para llenar la despensa.
El comercio electrónico irrumpe con fuerza en los mercados europeos, pero los españoles siguen sin habituarse a esta nueva forma de consumo a la hora de hacer la compra en el supermercado. Solo un 12,5% recurre a internet para llenar la despensa, un porcentaje que sitúa a España por detrás de los principales países de nuestro entorno.
Aunque el comercio electrónico solo representa el 0,8% de las ventas de gran consumo, el sector movió casi 400 millones de euros el año pasado, experimentando un crecimiento del 18%.
El informe realizado por Nielsen, titulado “las claves del gran consumo en 2016”, también nos enseña que los “productos maletero” son los más habituales en los pedidos online, como agua, pañales, comida para perros, papel higiénico o todo tipo de productos envasados.
Además 7 de cada 10 españoles van al supermercado con una lista de la compra en la mano, pero meten más productos de los que necesitan en la cesta. Y es que picar el anzuelo no es difícil ante promociones agresivas y destinadas a los que se preocupan por su bolsillo. Más del 40% de los consumidores dice tener un presupuesto muy ajustado, y dos de cada tres saben de memoria los precios de todo lo que compran. Incluso hasta el punto de darse cuenta de los cambios, por pequeños que sean.
A esto hay que sumarle que la relación calidad-precio ya no es lo más importante para los encuestados, según el estudio. Ahora colocan por delante factores como “un lugar donde sea fácil y rápido encontrar lo necesario”, con marcas propias como alternativa a las líderes y con una variedad de productos que agrupe todas sus necesidades.
Con todo esto, y según datos del INE, las ventas minoristas se incrementaron un 3,3% respecto al mismo mes del año pasado. Esta evolución positiva durante el último año se ha apoyado en factores como una mayor confianza del consumidor, el nuevo récord de llegada de turistas extranjeros, un petróleo más barato y la mayor renta disponible de los hogares.
Estos datos son sin duda alentadores y demuestran que, aunque España continúe con un gobierno en funciones, los consumidores parecen ajenos a todo esto.
En cuanto al consumidor online, sabemos que tiene un perfil joven, y que los que vienen detrás ya son auténticos nativos digitales. En otras palabras el comercio electrónico aún tiene mucho camino por recorrer en nuestro país.