Viajar para comer es cosa de Millenials

Turismo gastronómico para Millenialas
  • Suponen el 43% de los viajeros interesados en el turismo gastronómico


  • Viajan en pareja, no tienen hijos y en el destino priman las experiencias

Los Millenials, esos chicos que convivieron primero en el patio del colegio y luego se pasaron a la plaza de Facebook, Twitter e Instagram, son actualmente el target favorito de las empresas turísticas y un filón objetivo para la restauración.

Tanto es así, que el turismo gastronómico de los Millenials supone el 43% de los viajeros y es ahora un sector en alza que busca ofrecer una experiencia en la que la comida se convierte en el eje central de la visita. A partir de ahí, el turista descubre la cultura y costumbres del lugar al que viaja.

Según un informe dado a conocer por Devour, empresa que se dedica a organizar recorridos gastronómicos, el 15% de los 75 millones de turistas que llegan a nuestro país, colocan la experiencia culinaria entre sus intereses prioritarios. El documento pone además de relieve el gasto medio de este tipo de turista en los recorridos culinarios, que es de 89 euros. A esta cifra, habría que sumarle el dato que aportaba en su encuesta publicada en el enero el Instituto Nacional de Estadística (INE), que cifraba en 138 euros el gasto medio del viajero cuando llega a España.

El gasto medio del #turista #gastronómico es de 89 euros por día Clic para tuitear

Perfil del turista ‘foodie’

En cuanto al perfil del turista gastronómico, el informe los considera “de mentalidad abierta, con interés por conocer profundamente el lugar que visita y dispuestos a desembolsar su dinero si la experiencia es verdaderamente insólita”.

Estos ‘foodies’ suelen viajar en pareja, lo que ya supone que cuentan con dos sueldos y no tienen hijos, por lo que su nivel de liquidez es más alto y están más predispuestos a realizar actividades más costosas.

El #turista #gastronómico más rentable es un #Millenial que viaja en pareja y no tiene hijos Clic para tuitear

La mayoría de estos viajeros atraídos por lo culinario (un 48,6%) proceden de los Estados Unidos y pese a que solo representan el 2,7% del total de turistas extranjeros que visitan España, su valor reside en su preferencia por visitar las principales capitales de nuestro país como Madrid o Barcelona. Esto cambia el rol habitual del turismo en España, que mayoritariamente ofrece el combinando sol y playa como atractivo, para desmarcarse hacia una experiencia más auténtica.

Los británicos estarían en segunda posición como nacionalidad más interesada en los recorridos gastronómicos, seguidos de australianos y canadienses, lo que en total da como resultado que en 80% de estos viajeros son anglosajones, porque la mayoría de estas rutas se ofertan en inglés.

Este tipo de perfiles prefieren también participar de la economía colaborativa en cuanto a su forma de alojarse –eligen apartamentos particulares- y les importa más la ubicación de su alojamiento, al hecho de pernotar en un hotel.

La generación ñam ñam

La norteamericana Eve Turow , autora de “A taste of generation yum”, reflexiona en su libro sobre cómo está cambiando nuestra sociedad, especialmente desde que los millenials muestran un interés desmedido por los productos “eco”, artesanales, la cerveza o los chef con estrellas Michelín y de qué manera incidirá esto en el futuro.

Para Turow la comida es la nueva forma de expresión de la ‘Generación Y’, como las drogas y la música lo fueron de la ‘Generación del Baby Boom’.

La comida es la forma de expresión de los Millenials como droga y música lo fue del Baby Boom Clic para tuitear

La autora incide en aspectos como la profusión de contenidos culinarios dentro de la red como en plataformas como FoofPorn.com o la obsesión por subir fotografías de platos en redes sociales.

Para Eve Turow el movimiento de la comida a nivel mundial podría estar liderado a partes iguales por Jamie Oliver, por su gran contribución en EE UU pero también por Mark Zuckeberg, un poderoso “tech” que está influyendo en muchos norteamericanos por su decisión personal de comer solo animales que hayan sido matados por él mismo.