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No existe una manera unívoca de ser inteligente
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Las capacidades y aptitudes de cada ser humano son diferentes
Estimular y potenciar las capacidades de cada miembro del Equipo es en la actualidad una de las preocupaciones de las empresas para mejorar el rendimiento. Este aprovechamiento del talento tiene tantas formas de conseguirlo, como mandos intermedios o responsables de departamento.
Lo que ocurre es que pese al interés de las compañías por maximizar el rendimiento, la mayoría no focalizan sus esfuerzos en conocer qué tareas o desempeños son más favorables para cada perfil de trabajador. Esto se consigue a través del análisis del tipo de inteligencia que tienen más desarrollada y a la par, estimulando esas capacidades para sacarles el mayor partido.
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No existe una manera unívoca de ser inteligente. Esta cualidad se le atribuye con frecuencia a personas con alta capacidad de razonamiento y cuyas conclusiones suelen ser acertadas. Puede evaluarse, de hecho, mediante un test que fija el cociente intelectual, y “discrimina” a aquellas personas que tienen un cociente por debajo de ese percentil, catalogándolas como las lentas o no tan inteligentes.
Derrocando tópicos, los expertos aseguran que las capacidades y aptitudes de cada ser humano son diferentes, de ahí que se hable de inteligencias múltiples. En concreto, en los años Ochenta Howard Gardner, psicólogo estadounidense, clasificó hasta ocho tipos de estas inteligencias en las que abarcaba además la capacidad de comunicación, el lenguaje corporal o la capacidad de comprender a los demás o expresarse mediante la música.
Aplicando esta teoría al entorno laboral, las compañías adquieren la posibilidad de transformar los roles establecidos para cada empleado dentro de los Equipos ante un mejor conocimiento de sus aptitudes.
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En el caso de los jefes, también son necesarias unas cualidades de liderazgo como las de alentar al Equipo, aptitudes intrapersonales o lingüísticas que sean inspiradoras para los demás y prediquen con el ejemplo. Entrarían igualmente en el lote del buen líder capacidades como la visión creativa, resolución de conflictos o el pensamiento crítico.
En teoría, todos tenemos todos los tipos de inteligencia, solo que en cada caso tenemos unas u otras más acentuadas y lo favorable sería que durante nuestra etapa como estudiantes fuésemos capaces de detectar estas facetas.
No todas las inteligencias tienen que ser especialmente válidas para dirigir una compañía, pero sí que podemos, sabiendo nuestro tipo de inteligencia, trabajar para mejorar nuestras debilidades o engrosar el valor del Equipo mediante nuestras fortalezas.
Todos tenemos todos los tipos de inteligencia, solo que en cada caso tenemos unas u otras más acentuadas. Clic para tuitear
Por ello no hay que confundir el cociente intelectual con los tipos de inteligencia, ni minusvalorar uno en detrimento de otro. Por ejemplo, en los centros educativos tradicionalmente se le ha dado gran importancia a los altos cocientes por relacionarlos directamente con buenos resultados académicos. Pero los alumnos que habitualmente obtienen en este test puntuaciones más bajas, suelen puntuar alto en inteligencias diferentes, complicadas de evaluar o cuando optan a participar en un proyecto que les toca personalmente. Pueden llegar a ser verdaderamente brillantes.
El profesor adjunto de Psicología de la Universidad de Nueva York, Scott Barry Kaufmann está convencido de ello y defiende la necesidad de revisar el concepto que hemos adoptado de inteligencia. Nuestra forma de pensar no es una métrica estandarizada.