Las grandes superficies comerciales se ponen en pie de guerra. Desde la patronal de la gran distribución, vuelven a reclamar un cambio en la ley de comercio para que se conceda una liberación del sector que les permita abrir en días festivos y en domingos, y realizar una política comercial más agresiva. Sin embargo, estas demandas han llegado a un punto que ya hasta carecen de sentido.
Se antepone la concesión de unos horarios imposibles al verdadero interés de los consumidores, que al final tienen que hacer malabarismos con sus agendas para poder comprar.
Por otro lado, estas grandes superficies como Alcampo, Carrefour o Eroski, culpan al gobierno de la recesión en sus ventas, porque, según aseguran, “limitan su crecimiento y favorecen a las pequeñas tiendas”. Protestan porque, según la patronal, “existen comunidades que llevan más de 11 años sin conceder una licencia de apertura a las grandes superficies”, mientras sí que fomentan las ventas en el pequeño comercio con otras licencias.
Se refieren en su protesta a que se conceda la apertura de las pequeñas tiendas del centro de algunas ciudades, en perjuicio de sus comercios. Y apelan a que esta política ha provocado una situación límite con más de 11.000 despidos sufridos en 2009 en su sector.
Distinta problemática
Sin embargo, lo que no tienen en cuenta estas grandes empresas es que su protesta no está ni mucho menos relacionada con el pequeño comercio. Se trata de problemas situados en escalas muy diferentes. La reducción de las ventas en los grandes centros comerciales no está determinada precisamente por la liberación de los horarios de los comercios céntricos un día festivo. Es más, estos pequeños comercios también tienen lo suyo en cuanto a problemas económicos se refiere.
La patronal de la gran distribución debe analizar el problema y extraer conclusiones más fundadas. Si las ventas han caído un 5% en 2009 respecto al año anterior, hay que buscar causas y responsabilidades donde corresponda. A menudo, se tiende a determinar lo más cómodo, aunque no tenga relación directa con la realidad.