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El mercado laboral puede tardar en absorber las disparidades que se generen y pone en alerta a las instituciones de educación superior
La inteligencia artificial (IA) —y, en particular, su vertiente generativa— ya empieza a tener un impacto palpable en la economía y en el mercado laboral. Sus efectos varían en función de los ámbitos del mercado de trabajo y de los roles desarrollados, pero varios estudios ya los empiezan a dibujar claramente, y todo apunta a que irán a más.
Así como la fuerza de las máquinas relevó la de las personas en la revolución industrial, la sustitución de las funciones cognitivas humanas por la IA generativa es la antesala de unas afectaciones laborales que, de acuerdo con los expertos, se darán en tres niveles distintos.
Por un lado, se dará la lógica creación de nuevos puestos de trabajo de perfiles cualificados relacionados con el desarrollo de la IA y la ciencia de datos. Por el otro, se divisa la desaparición de los lugares de trabajo de aquellos perfiles que puedan quedar obsoletos a causa de la automatización de las tareas.
Los sectores expuestos a un mayor peligro son los relacionados con la automatización de procesos industriales y de vigilancia, y, específicamente, a causa de la IA generativa, muchas tareas relacionadas con el procesamiento de textos, la entrada de datos o la programación.
El tercer nivel de afectación, entre la generación y la desaparición de trabajos, será el reciclaje de muchos trabajadores para hacer frente a las necesidades sobrevenidas de su empresa, absorbiendo conocimientos relacionados con estas nuevas materias.
Según recoge el Foro Económico Mundial, la previsión de los empleadores es que el 23 % de los puestos de trabajo que hay actualmente requerirán algún tipo de reestructuración en los próximos cinco años.
Estas desigualdades supondrán un desafío al que tendrán que hacer frente tanto los responsables políticos como los empresarios. Los datos que ofrecen los diferentes informes recopilados hacen pensar que las disparidades provocadas por el panorama rápido y cambiante generado por la IA pueden tardar en ser absorbidas por el mercado laboral.
Por eso, las instituciones de educación superior tendrán un papel importante para hacer frente a una formación rápida y de calidad que cubra las exigencias del mercado con una oferta de aprendizaje a lo largo de la vida, permitiendo a los profesionales activos actualizar sus habilidades en el ámbito de las nuevas tecnologías.