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Las pequeñas disputas internas pueden ser el secreto para desbloquear el potencial máximo de un equipo
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Saber identificar roles, adaptarse y crecer juntos en momentos de desafío.
Los equipos de alto rendimiento son el sueño de cualquier organización que aspire al éxito sostenido.
Pero, ¿cómo se construye un equipo de estas características? Bruce Tuckman propuso un modelo evolutivo que describe las fases por las que un equipo atraviesa antes de alcanzar un alto rendimiento. Este modelo no solo es una herramienta para entender la dinámica de los equipos, sino también para mejorar su rendimiento a través del desarrollo personal de sus miembros.
Fase de Formación: Los Primeros Pasos del Equipo
En la fase inicial, conocida como “Forming“, los equipos están en su etapa más embrionaria. Es común que los miembros del equipo tengan dudas sobre su rol dentro del grupo y que la comunicación no sea la más efectiva.
En este punto, las decisiones suelen recaer en el líder, quien tiene la responsabilidad de guiar al equipo y definir claramente los roles de cada uno. Es una fase de mucho aprendizaje y adaptación, donde se sientan las bases para las interacciones futuras.
Algunas de sus características son:
- Se mantienen inalterables las formas de trabajar con independencia de su efectividad.
- Interés por formar parte del equipo, pero al mismo tiempo existen muchas dudas sobre las implicaciones de ser parte del mismo.
- Sus miembros no se escuchan entre ellos.
- No se cuentan sus sentimientos.
- Los errores pueden volverse pruebas en contra de la filosofía del trabajo en equipo.
- La toma de decisiones recae casi exclusivamente en el jefe o líder.
Storming y Norming: Los Desafíos del Crecimiento
La fase de “Storming” es posiblemente la más crítica y desafiante. Caracterizada por conflictos y enfrentamientos, es el momento en que los miembros del equipo prueban límites y definen estructuras. La forma en que el líder maneja estos conflictos es crucial, pues de ello depende que el equipo aprenda a manejar sus diferencias y a trabajar de manera cohesiva.
Tras superar los conflictos, el equipo entra en la fase de “Norming“. Aquí, se comienza a observar una significativa disminución de las fricciones, y el equipo comienza a operar con una estructura organizativa clara.
Los roles están bien definidos y aceptados, y se establecen metodologías de trabajo que permiten al equipo avanzar hacia sus objetivos con mayor confianza y eficiencia.
Las características de un equipo de trabajo en fase de consolidación son:
- Disminución significativa de los conflictos de comportamiento.
- Se comienza a trabajar siguiendo metodologías de trabajo y definiendo procesos.
- El equipo se reparte las tareas y se determinan y aceptan con mayor claridad los roles de cada miembro.
- Los miembros del equipo comienzan a tener confianza y responsabilidad.
- El equipo progresa, a medida que comprueba que su estructura es efectiva, para alcanzar las metas y objetivos planteados.
Alto Rendimiento: La Cúspide de la Eficacia del Equipo
Finalmente, la fase “Performing” marca el punto donde el equipo opera en su máxima capacidad. Los miembros del equipo no solo asumen responsabilidades individuales, sino que también se responsabilizan por los resultados del grupo.
El liderazgo se distribuye y el equipo puede funcionar autónomamente, mostrando flexibilidad y adaptabilidad ante los cambios. Esta fase es el reflejo de un equipo verdaderamente cohesionado y eficaz, donde cada miembro contribuye activamente al éxito colectivo.
El modelo de Tuckman es un marco efectivo para entender y desarrollar equipos de alto rendimiento. Aunque cada equipo es único y puede experimentar estas fases de manera diferente, los líderes pueden utilizar este modelo como guía para fomentar el crecimiento y la eficiencia en sus equipos.