Los pequeños comerciantes están siendo los protagonistas por varios motivos y en algunos casos con ánimo contradictorio, ya sea con intenciones en pro de la sostenibilidad o mediante el permiso para vender productos caducados. La conclusión final de esta mezcla de realidades no es buena.
El comercio minorista europeo se ha comprometido a seguir medidas voluntarias impulsadas por la Comisión Europea con el objetivo de promover un consumo responsable, una producción sostenible y reducir el despilfarro de residuos, que es visto como negativo “tanto desde el punto de vista económico como moral”, como afirma el Comisario de Medio Ambiente Janez Potonik, que tiene en mente que los minoristas sean la punta de lanza de esta economía verde.
En esta línea, desde Grecia hemos recibido una noticia que evita el despilfarro al que en parte se refiere la comisión, aunque el motivo final parece ser el control de precios. En el país heleno, la venta de productos caducados se ha despenalizado y regulado, ampliando el margen de la etiqueta entre una semana y un mes, dependiendo del producto.
En Foromarketing observamos como la competitividad es mal entendida. El mercado de consumo cada vez está más ralentizado y empobrecido y, en contraste, éste debería ser un gran generador de empleo y riqueza. Falta una verdadera voluntad de querer poner soluciones al comercio, con el fin de que no siga desapareciendo este sector estratégico.