La nueva estrella de la industria del móvil se presentó ayer con gran boato en Nueva York y todo apunta que se va a convertir en el modelo más vendido del año. Viene de la mano de Samsung, el fabricante más laureado de los últimos tiempos y se llama Galaxy S4. Llegará a las tiendas a principios de mayo y su precio estará en torno a los 550 euros. La guerra entre gigantes está servida.
En el que podría considerar el sector más activo en innovación y lanzamiento de nuevos productos, el de la telefonía móvil, esta nueva creación de Samsung se presenta como el ‘mata iPhone’, el ‘smartphone’ más deseado a lo largo de los últimos años. Con este modelo, la firma coreana quiere afianzar los recientes logros obtenidos y los analistas ya comienzan a hablar de cambio de ciclo en la firma de la manzana. Es tal su confianza en que este nuevo ‘rey’ de la marca ganará a Apple en todos los terrenos que no ha dudado en presentarlo en la propia casa de su rival.
De las grandes aportaciones tecnológicas de este modelo no vamos a hablar, pero sí de cómo ha sido la estrategia de Samsung, enfocada al cliente más exigente y entendido, la que le ha llevado a obtener estos logros. Su Departamento de Innovación se ha ganado bien el sueldo, mientras que en cuestión de diseño, se ha avanzado con pies de plomo. El gran salto ha sido promocional. El presupuesto de Samsung en 2012 para este capítulo ha sido superior a la suma conjunta de Apple, Microsoft, Hewlett-Packard, Dell y Coca-Cola y seguirá en esta línea. Además, ha madrugado más que su rival, ya que este modelo nace en primavera y el nuevo iPhone se prevé que lo haga en otoño.
Con su última creación, el Galaxy 4, la compañía coreana vendió 216 millones de móviles y creció casi un 130%. A la vista de este nuevo lanzamiento, desde Foromarketing nos preguntamos: ¿Sabrá Apple reaccionar a tiempos y plantar cara a su más directo rival? ¿Cuántos fans de la ‘manzana’ olvidarán a su ídolo? Todo dependerá de lo que tarde en reaccionar y de cómo planifique su estrategia. Sin duda, una guerra a seguir muy de cerca.