Madrid siempre ha ido por delante del resto de autonomías en materia de libertad de horarios comerciales con la creencia de que esta decisión generaba mayor beneficio y puestos de trabajo. En 2008 se constituyó la primera zona de gran afluencia turística que ahora adopta Barcelona, y en junio de 2012 aprobó la libertad de aperturas en festivos para todos los comercios, siempre y cuando ellos así lo consideraran. El balance es positivo para la creación de trabajo.
En este periodo, Madrid ha creado 12.967 empleos, mientras que en el resto de España se han destruido 12.012. Según los datos de la dirección general de Comercio de Madrid, de esos empleos, el 59,3% se ha creado en pequeños establecimientos, algo que choca profundamente con las reivindicaciones de las patronales que defienden a las pymes frente a las grandes superficies.
Las estadísticas, que surgen de cruzar los resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA) y el Índice de Comercio Minorista (ICM), revelan que las grandes superficies solo han generado la mitad del empleo que el pequeño comercio en ese mismo período.
Del estudio, realizado tras 1.095 encuestas telefónicas en febrero de 2014, se desprende que la liberalización de horarios comerciales está siendo aprovechada por universitarios y parejas jóvenes, que optan mayoritariamente por realizar sus compras, ya sea de productos cotidianos (alimentación) o ocasionales (ropa o electrodomésticos), en fines de semana. Esos dos colectivos son los que suponen el 53% de los encuestados que señalan que han modificado sus hábitos de compra. La sociedad evoluciona así como sus hábitos de consumo.