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Nuestros mayores hoy día son más proactivos y suponen una gran fuente de innovación.
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Del 50% del consumo generado por este colectivo solo el 10% va dirigido a ellos.
La población en España envejece a pasos agigantados como consecuencia del considerable aumento de la esperanza de vida, por los avances médicos y las mejoras en los hábitos de vida. Si en 2012 había casi 10,5 millones de personas de 60 o más años de edad, siendo el 22,7% de la población del país, las estimaciones futuras prevén un incremento significativo de este grupo hasta los 17,5 millones en torno a 2050. Un envejecimiento poblacional que en algunas ocasiones se concibe como una amenaza ya que sistemas públicos como las pensiones, los servicios sociales o los servicios sanitarios entran en peligro ante el incremento de la demanda por parte de esta población ‘inactiva’.
Sin embargo, este colectivo hoy día goza de buena salud, de recursos económicos que les permite vivir de forma independiente, practican deporte e incluso se atreven con las nuevas tecnologías. Una imagen que dista mucho de los ‘antiguos’ mayores y que lleva a hablar en la actualidad de generación pionera, al haber sabido transformarse desde el mundo rural hasta el mundo urbano, gozar de mayores niveles académicos, de mayores recursos económicos y sobre todo de mayores relaciones sociales que la generación anterior, suponiendo un grupo muy proactivo y una gran fuente de oportunidades de innovación y emprendimiento empresarial.
Es por ello, y a tenor de estos datos, que se hace imprescindible reorganizar la estructura que presenta el mercado actual y tanto la sociedad como el sector empresarial deben empezar a poner en valor el fuerte potencial que presenta este colectivo y su atractivo para generar nuevas oportunidades de negocio. Un colectivo que paga más por la calidad, que se muestra más fiel a las marcas, que invierten más en empresas que cotizan en bolsa o que gastan más en viajes que la población joven. Una población mayor más experimentada que, sin embargo, se siente invisible ante los ojos de la sociedad y reniega de los estereotipos y al que las empresas deben de adaptar sus modelos de negocio, prestando atención a sus necesidades y preferencias, ya que de un total de 50% del consumo mundial generado por este colectivo, sólo el 10% del marketing va dirigido especialmente a ellos.
Y es que la imagen más común que a todos se nos viene a la cabeza cuando hablamos de la tercera edad es la de una persona dependiente de recursos económicos y de servicios, muy arraigado a las tradiciones; sin embargo la realidad nos demuestra que nos equivocamos y expertos como Natalia Roldán, directora de Servicios Sociales y Tercera Edad de la forma Eulen, así lo corrobora: “los estereotipos que se asocian a una persona mayor ya no se corresponden con la experiencia vital que los propios séniors tienen”.
