Me tienen bien estresado. Los de mi empresa, digo. Como suele ocurrir en muchas, hay que multiplicarse y mi departamento, el comercial, es como una hidra de siete cabezas… tenemos que servir para un roto y un descosido.
Os pongo brevemente en antecedentes. Mi compañía tiene un equipo para cada área empresarial, algo nada extraño. El caso es que cuando entré hace algunos años, más de los que puedo recordar, sólo existían la dirección comercial, la logística y la general. Luego aparecieron los de recursos humanos y, al menos, nos libramos de la selecciones de personal.
Pero claro, cada vez había más frentes abiertos. El departamento comercial absorbía las labores de marketing, que tradicionalmente se ha asociado al área comercial pero que, vistos con lupa, son dos departamentos diferentes.
La verdad y lo pasábamos regular por aquel entonces, realizando marketing directo, merchandising, packaging y demás palabros… y eso que no existía todo esto de Internet, que nos ha terminado de liar.
Con la lengua fuera. Así es como estamos. Y se nos está atragantando un proyecto de Internet al que no sabemos por donde meterle mano porque yo, Marcial Trincado, de lo que entiendo es de vender. Además, nos tenemos que poner las pilas en nuestra área porque la calle está dura.
Como ya os conté hace algunas semanas, aguantaré con mi ánimo a prueba de bombas, mi principal arma, pero repito: con la lengua fuera.
Un ejecutivo virtual en el mundo real