-
Sin filosofía, no hay cultura corporativa.
-
La cultura corporativa es una herramienta integradora que hay que cuidar y supervisar.
Antes de hablar de la cultura corporativa debemos tener claro qué es la filosofía, ya que son términos íntimamente relacionados. La filosofía es un sistema de creencias y valores que actúan como pilares fundamentales para alcanzar metas. Agrupa el “ADN” inicial que nace con la organización y la misión, visión y valores corporativos. Sin Filosofía, no hay cultura.
La cultura, por otro lado, es una interpretación de todo aquel que pertenece a la organización de dicha filosofía. Por lo que las creencias de los miembros, tanto individuales como grupales, generan y conforman la cultura. Esta cultura es inherente a la organización, toda entidad empresarial posee cultura y es imposible no disponer de ella.
Elementos que generan cultura y la transforman.
La cultura corporativa es una herramienta integradora entre los trabajadores. Provoca una socialización y simultáneamente, puede provocar un rechazo si no se está integrado a ella. Generando lo que se denomina Espiral del Silencio (Elisabeth Noelle-Neumann,1977) y que provoca que aquellos miembros de la organización que poseen una opinión minoritaria y diferente a la mayoría se sientan cohibidos y aislados. De ahí la importancia de generar unas buenas escuchas entre los trabajadores de cualquier empresa.
Los elementos a tener en cuenta para poder evaluar e identificar la cultura corporativa de cualquier empresa son los siguientes:
Misión, visión y valores: cimientos de la organización. Si no están alineados no resultará convincente de cara a los clientes, proveedores y stakeholders. Son las variables que más requieren de la autenticidad y coherencia.
Labor empresarial: cómo se llevan a cabo los valores y cómo se aplican en su funcionamiento. El claro ejemplo de “aplícate el cuento”. De nada sirve que una marca exteriorice sus objetivos ecologistas si sus instalaciones son contaminantes y no cumplen con los protocolos de emisiones.
Miembros e integrantes: Los trabajadores deben ser afines a los valores de marca. Las contradicciones generarán problemáticas en los procesos de comunicación. La labor de los departamentos de recursos humanos es imprescindible para elegir a las personas correctas.
Storytelling: comunicar la filosofía empresarial es clave. Toda empresa tiene su historia y su evolución, contarlo aporta valor y coherencia para la marca.
Estética e instalaciones: la identidad visual corporativa tiene que ir a tono de la comunicación y storytelling. Así como la creación de espacios agradables que generen un buen clima dentro de la organización.