El Design Thinking es una de las herramientas que más se está utilizando actualmente en la innovación empresarial. La situación actual del mercado ha obligado a las empresas a cambiar sus diferentes estrategias de negocio, adaptándolas a unas necesidades cambiantes y con una variación radical de protagonista, el cliente.
La continua aparición de nuevas tecnologías ha provocado que los medios de los que dispone el consumidor se multipliquen, cambiando a su vez sus hábitos de consumo. Como consecuencia de esto, nunca antes la rentabilidad y el crecimiento de una empresa habían estado tan ligados a un cambio cultural y estratégico.
Sin embargo estos cambios no deben producirse sin una adecuada organización previa que establezca unos parámetros y objetivos claros para la organización.
El departamento de marketing es un claro ejemplo de esto, pues su labor no es la de predecir el futuro, sino proporcionar las herramientas de trabajo adecuadas para saber gestionarlo, aquí es donde entra en juego el Design Thinking.
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Definición Design Thinking
¿Qué es el Design Thinking?
En palabras de Idris Mootee, escritor del libro “Design Thinking para la innovación estratégica”, el design thinking es “la búsqueda de un equilibrio mágico entre los negocios y el arte, la estructura y el caos, la intuición y la lógica, el concepto y la ejecución, el espíritu lúdico y la formalidad, y el control y la libertad”.
Design Thinking, “la búsqueda de un equilibrio mágico entre los negocios y el arte Clic para tuitearSegún esta herramienta, la gestión de la innovación consiste en algo más que en planificar nuevos productos, servicios, extensiones de marca, inventos tecnológicos o novedades.
Consiste también en organizar, movilizar y competir de otra forma.
El design thinking aplicado a la resolución de problemas empresariales incorpora modelos mentales, herramientas, procesos y técnicas como el diseño, ingeniería, economía o ciencias sociales para identificar, definir y abordar los nuevos retos que asolan a la planificación estratégica de los negocios.
Esta integración forma una dinámica muy productiva entre los puntos de vista tradicionales sobre la gestión empresarial y los propios del diseño, complementándose y reforzándose de manera mutua.
Ejemplos / Herramientas del Design Thinking
Hoy en día todas las empresas, grandes o pequeñas e independientemente de su sector, deben hacer frente a una serie de retos empresariales para los que no todas están preparadas. Ante esta serie de retos la función del design thinking es proporcionar una serie de soluciones desde un punto de vista renovador, innovador y creativo, aportando un toque diferente que antes era totalmente desconocido para las organizaciones tradicionales. Algunas de estas soluciones son:
Storytelling
La estructura narrativa de una historia es un importante instrumento docente que puede facilitar el entendimiento y la accesibilidad para el público en general. Este storytelling debe ser atractivo, divertido, participativo y realista, generando un marco donde se puedan compartir, ilustrar y gestionar los sentimientos, perspectivas y expectativas de la organización.
Previsión Estratégica
Esta previsión debe tener en cuenta todos aquellos factores que afectan positiva o negativamente a la empresa en el presente, para después extrapolar toda esta información hacia un futuro competitivo y operacional. Es por esto que esta fase debe ser un periodo de aprendizaje continuo.
El cambio
Este es un factor que en muchas ocasiones infunde un auténtico terror a muchos directivos. En muchas ocasiones suceden hechos inesperados que ante una falta clara de liderazgo pueden causar auténticos estragos en las empresas. Por lo tanto hace falta un plan, no solo para saber reaccionar ante estos cambios, sino para anticiparlos. De esta manera será necesario mantener una posición objetiva, donde tengamos claro el lugar en el que nos encontramos en el presente, y a dónde queremos llegar en el futuro, así como los cambios necesarios para lograr estos objetivos.
Redefinir el valor
La imagen y la percepción que tienen hoy en día las personas de las empresas cambia continuamente. Una buena imagen de marca llevada a cabo con éxito durante años puede acabar por los suelos con un simple traspiés. Por ello el design thinking aspira a generar una mayor empatía entre marca y consumidor, así como a mantener una relación que resulte más fructífera para ambos. Además debemos entender que el precio de un producto ha quedado en un segundo plano en pro del valor del mismo, que es aquello que la persona obtiene una vez adquirido dicho producto.
Diseñar experiencias
Las empresas no deben centrarse en vender un producto final, sino en todo aquello que conlleva el proceso de venta. Es vital aportar un valor emocional al producto o servicio, generando una experiencia positiva que logre unir a empresa y consumidor en un mismo viaje cuyo objetivo sea la futura prescripción de ese cliente hacia la marca.
Humanización
Es necesario que los clientes dejen de percibir a las marcas como grandes entes, inalcanzables y vacíos de cualquier tipo de sentimiento. Por ello las empresas deben llevar a cabo un cambio cultural de la organización que les acerque directamente al consumidor. Es necesario hacer hincapié en aquellos valores, creencias y actuaciones que acercan a la marca con el mundo real.
Cultura Creativa
En muchos casos se cree que una empresa por innovar en un determinado producto ya cuenta con una cultura creativa. Pero eso no es todo. Una cultura creativa consiste en saber ver peldaños donde otros ven muros, en no asustarse al percibir un cambio de paradigma e incluso en alegrarse y aceptar esos cambios como unos retos importantes para el crecimiento no solo de la organización, sino para todo su equipo humano. Si una organización no cuenta con una cultura creativa hoy en día, sin duda será rápidamente víctima de sus competidores, pues si hay algo que define al mercado actual es la rapidez con la que se mueve.
Diseño de nuevos modelos de negocio
Una de las formas más eficaces que tienen las grandes compañías para mantener sus ventajas competitivas, es la creación de un modelo de negocio propio. Este modelo permitirá que los consumidores se sientan identificados con los valores y filosofía de la marca, generando así barreras de entrada a otros competidores. Dicho modelo de negocio debe abarcar todas las actividades de la empresa, de manera que cada departamento y trabajador mantenga unos objetivos comunes al resto. Si toda la compañía no rema en la misma dirección y bajo unos parámetros comunes, será imposible generar un modelo de negocio único, competitivo y eficaz.
Desgraciadamente aún hoy en día existen empresas que se niegan a este cambioe implantar el Design Thinking. No se puede cambiar la realidad, pero sí adaptarse a ella, pues lo de siempre ya no funciona. Por ello es importante innovar, crear y aportar valor a tu imagen, tus productos y tu filosofía de manera que consigas estar siempre posicionado en la mente de los que te rodean.
No se debe tener miedo a lo desconocido, pues es precisamente ahí donde se encuentran un sinfín de nuevas oportunidades que esperan a ser aprovechadas.
Recuerda:
” El Design Thinking es la búsqueda de un equilibrio mágico entre Negocios y Arte”