Los productos sustitutivos son aquellos bienes que pueden ser consumidos en el lugar de otros. Su característica principal es que tienen demandas relacionadas entre sí, es decir, que el consumidor sabe que puede sustituir uno por otro cuando lo crea oportuno.
¿Qué es un producto sustitutivo?
Se considera que este tipo de productos limitan el potencial de una empresa, ya que la política de productos sustitutivos consiste en buscar otros que puedan realizar la misma función que el que fabrica la empresa líder.
Este concepto es el que hace que entre en competencia directa con el producto al que se le presenta como sustitutivo, debido a que cumple la misma función dentro del mercado y satisface la misma necesidad en el consumidor.
La existencia de este tipo de productos sustitutos supone una amenaza para la empresa, ya que su aparición conlleva una pérdida de ventas y con ello de ingresos. Por otro lado la ausencia de bienes sustitutos representa una oportunidad. Los productos sustitutivos que entran en mayor competencia son los que mejoran la relación precio-rentabilidad con respecto al producto de la empresa en cuestión.
Podemos diferenciar dos tipos productos sustitutivos:
Los productos sustitutivos perfectos
Son aquellos que se pueden utilizar de la misma forma y con los que se obtiene el mismo resultado. En consecuencia, el consumidor no dispondrá de ningún incentivo a la hora escoger uno u otro producto. Esto lleva a que el precio sea un factor importante a tener en cuenta ante la existencia de bienes sustitutos perfectos.
Los productos sustitutivos imperfectos
Son los bienes que pueden emplearse para el mismo fin, pero cuyos resultados no son exactamente iguales. Son este tipo de productos los que suelen ser más habituales en el mercado.
Ejemplos de productos sustitutivos
Productos farmacéuticos genéricos
Un ejemplo clave, lo tenemos con los productos genéricos que el sector farmacia comercializa con el beneplácito del Gobierno. Estos genéricos satisfacen exactamente la misma necesidad que los productos que comercializan las marcas.
Margarina y mantequilla
Otro ejemplo es la margarina, nació como un producto sustitutivo de la mantequilla, es decir, ambos pueden utilizarse para el mismo fin.
Sacarina y azúcar
La sacarina puede considerarse un bien sustitutivo del azúcar. Ambas sirven para endulzar, es decir cumplen una misma finalidad, aunque las cualidades no sean completamente iguales.
Chimenea y estufa
Ambas se utilizan para calentar una casa, es decir, satisfacen la misma necesidad.
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