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El 67% de las empresas ha experimentado una reducción en las emisiones de carbono gracias a la aplicación de estrategias de diseño de productos sostenibles.
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2022 y 2023 marcan los primeros pasos hacia industrias comprometidas con el medioambiente.
La sostenibilidad nace como un principio social que busca asegurar y garantizar las necesidades de consumo del presente sin comprometer las necesidades del futuro. Esto supone salvaguardar el medioambiente a través de medidas socioeconómicas que replanteen los hábitos de vida de las personas y las empresas productoras.
Por tanto, llevar a cabo estrategias para poner en marcha la sostenibilidad de las marcas es una decisión con un profundo impacto positivo en la reputación corporativa.
Según el último informe del Instituto de Investigación Capgemini, el 67% de las empresas ha experimentado una reducción en las emisiones de carbono a través de nuevas medidas de diseño en productos sostenibles. Conllevando, además, que para el 73% haya supuesto una mejora de los ingresos.
Es un hecho que las decisiones en la creación de productos sostenibles sigue en alza, cerca de un 80% del impacto medioambiental de los productos puede venir dado por las fases de diseño. Denotando ser una etapa vital para reducir las emisiones netas de carbono.
La emergencia climática es el primer factor incentivador para llevar a cabo prácticas ecológicas y respetuosas con el medio ambiente. Sin embargo, existen otros factores influyentes que han dado lugar al crecimiento de la sostenibilidad:
Nuevas normativas legislativas
La implementación de una normativa restrictiva y acotada marcará un antes y un después en los próximos años. Como ya está ocurriendo en sectores de automovilismo y textil, las legislaciones europeas seguirán endureciendo sus medidas con el fin de alargar la vida útil de los productos y garantizando que los materiales empleados en fases de producción sean reciclables.
El diseño de envases sostenibles se está optimizando para no suponer un mayor coste
Como en todo nuevo proceso, el periodo de adaptación y la integración de nuevos procesos supone una inversión. Sin embargo, un 23% de las empresas que han aplicado una estrategia de diseño sostenible ha experimentado una reducción de sus costes, mientras que un 37% de las organizaciones afirma que los costes se han mantenido igual.
Beneficios a largo plazo
La llamada “desmaterialización” y el “aligeramiento” son procesos sostenibles que implica la optimización de los materiales empleados para la creación de productos, y por ende, una oportunidad para reducir costes en toda la cadena de valor.
Simultáneamente, la sostenibilidad trae consigo un proceso de saneamiento de la imagen de cualquier marca. El nuevo consumidor valora y prioriza en aquellas empresas que están comprometidas con el medio ambiente.
El compromiso debe incidir en toda la estructura empresarial, formando parte de la cultura corporativa y siendo transmitida a lo largo de la jerarquía. Consolidando mejores entornos laborales e incrementando la satisfacción tanto de los empleados como de los clientes.
