En la era de la tecnología, todos sabemos que los beneficios que aporta la red de redes a nuestras vidas son innumerables. Han pasado unos 15 años desde que Internet comenzara a instalarse en nuestras casas, en las oficinas de medio mundo, en el día a día de todos nosotros. Y con su evolución, las oportunidades no han cesado de crecer, pero con ello, también algunos inconvenientes.
Bien es cierto que gracias a la implantación de la red y su rápida accesibilidad la información ahora no tiene límites. Cualquier persona puede alcanzar cualquier contenido sin problemas, sin restricciones y con total libertad; puede enviar y recibir cualquier material en formato texto, imagen, vídeo…; puede mantenerse en contacto inmediato con toda persona que lo desee, aunque se encuentre en la otra punta del planeta, y sirve como herramienta fundamental en los negocios de todo el mundo. Ya no se puede concebir el día a día sin la red de redes.
Sin embargo, es necesario tener muy en cuenta las limitaciones que general Internet, propiciadas precisamente por la libertad que permite y por las extensas posibilidades que ofrece. Puede parecer contradictorio, pero en su rol como fuente de información, ésta puede llegar a sufrir una pérdida de calidad, debido a la sobrecarga que existe de la misma. No siempre más cantidad de contenido supone más información. En algunos casos puede generar confusiones, puede dar como válidos datos que no son correctos por no realizar un correcto análisis de las fuentes, y lo más importante, puede desvirtuar las verdaderas fuentes que son las que emiten la información correcta.
Por ello, al sentarnos delante del ordenador y profundizar en el amplio abanico de posibilidades que nos permite entrar en Internet, es necesario tener muy en cuenta qué buscamos, qué necesitamos, cómo lo encontramos y, sobre todo, cómo lo utilizamos. Ante más recursos, la exigencia de un mejor uso de los mismos se convierte en fundamental. Tenemos que saber, poseer unos conocimientos previos sobre la búsqueda de información, aprender a seleccionar y a desechar, para que el resultado que buscamos sea óptimo y para que el aprovechamiento de la red sea lo más práctico posible.