Según su estrategia considera que algunos términos usados por los anunciantes perjudican a la sociedad. Por ello, se propone prohibir la publicidad de artículos de lujo que promueva “la adoración de los productos extranjeros”, “el hedonismo” o que use adjetivos como “supremo”, “real” o “lujoso” con el fin de proteger la armonía social.
En abril entrará en vigor esta medida que prohíbe la publicidad de estos productos que a menudo aparecen en anuncios de apartamentos, vehículos y vinos. La regulación está destinada a “prevenir anuncios falsos y a promover el crecimiento del sector”, y contempla que los infractores paguen multas de hasta 3.225 euros.
Para los consumidores, la aparición de adjetivos en publicidad como “real” o “lujoso” se traduce en precios prohibitivos. Una publicista china reconoció que los anuncios de mansiones lujosas no suelen corresponderse con la realidad.