La difícil coyuntura económica ha modificado las conductas de consumo y el comportamiento del consumidor con el objetivo de adaptarse de la mejor manera a la situación, de una manera significativa. El mes de septiembre fue un importante punto de inflexión, con una caída del 11% en el consumo, provocada en gran medida por la actualización del IVA. Estos cambios han provocado una transformación del consumidor actual.
Si la calidad y el precio son los aspectos más valorados en el entorno europeo, según el último Eurobarómetro, los españoles ponen especial énfasis en el precio, un factor decisivo en su decisión de compra, por encima de la calidad y la lealtad a un establecimiento en el pequeño comercio. Además, antes de realizar su compra, medita, valora y compara precios en busca de las mejores ofertas y promociones.
En la lista de la compra, relega a las marcas del fabricante a productos concretos y habitualmente opta por las marcas blancas, llegando a un 43% del conjunto de ventas españolas, un record que rompe con el mito de que estos sean producto de mala calidad. La implicación y responsabilidad con la sociedad inciden emocionalmente en la compra de un producto. Se inclina en mayor medida por productos ecológicos respetuosos con el medioambiente o de comercio justo, ya que los valores que transmiten las empresas son un factor cada vez más importante, siempre que el incremento del precio no sea apreciado como injustificado.
A la hora de recortar, los españoles han optado por reducir el ocio fuera del hogar, los gastos fijos de la casa, los de telefonía y las vacaciones anuales suponen los principales damnificados de los recortes. Además, ahora reclamamos más a las empresas y nos peleamos por menores cantidades, ya que exigimos el cumplimiento estricto de los servicios, cualidades y calidad de los productos.
La satisfacción tras la compra determina la compra online, íntimamente relacionada con la reputación en la red de los productos y su capacidad de interacción con las marcas, aspectos que se convierten en determinantes en muchos ámbitos y sectores. En este sentido, la compra digital ha crecido un 18% según Emarketer.com, por lo que se espera un paulatino aumento de las compras a través de este nuevo canal que puede terminar de irrumpir durante este año.
En definitiva, nos encontramos con un consumidor más reflexivo, más reacio a consumir y que guía su gasto por el precio, una evolución acelerada por la crisis y los menores ingresos familiares. Si años atrás hablábamos de un comprador más impulsivo, apegado a la calidad y más cómodo y conformista a la hora de comprar, ahora eso ha cambiado, ya que el consumidor se adapta al entorno.