Decía el pensador Confucio que si “eliges un trabajo que te guste, no tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida”. Esta fue la premisa bajo la que Rafael Muñiz González decidió fundar en 1987 su consultora de Marketing y Ventas, RMG & Asociados.
Rafa, como lo conocen sus más allegados, es una de esas personas peculiares y vitalistas que no pasan desapercibidas. Su casi medio siglo de experiencia, como testimonio vivo del mundo del Marketing y la Comunicación, no le hacen hablar con obsolescencia ni nostalgia del sector. A sus más de 60 años puede jactarse (y lo hace) de ser el CEO de una pyme que ha logrado pervivir en el tiempo, porque supo actualizarse conforme a las exigencias del mercado en cada etapa. Muñiz está hecho un chaval. Y sus colaboradores en la consultora cuentan que a veces “es difícil cogerle el ritmo“; les inocula en cada proyecto, la misma ilusión y las ganas con las que imaginas que emprendía cada proyecto hace 30 años.
En sentido positivo, “de aquellos polvos estos lodos”. Porque Rafa tomó sus primeros contactos con el mundo del Marketing de la mano de los mejores. “Fue a principios de los Setenta cuando tuve la suerte de aprender, gracias a un profesor que había trabajado dos años en Estados Unidos con el gurú del Marketing, Philip Kotler”, comenta Muñiz, en un repaso de su trayectoria profesional. Desde ahí supo que el Marketing iba a ser parte de su vida personal y profesional porque “era una herramienta que aquella empresa que fuera capaz de tomarla dentro de su ADN, sería realmente competitiva, porque le iba a canalizar, le iba a marcar el camino del éxito”.
Know how de cultura americana
El CEO de RMG, aún recuerda lo complicado de hacer entender a las empresas de aquellos años Ochenta y Noventa, que Marketing no era lo mismo que publicidad. Muñiz, que ya contaba con un ‘Know how’ innovador de cultura americana, implementaba estrategias de marketing directo, comunicación corporativa e incluso el uso de la base de datos, “que por entonces era alimentar una hoja de excel, porque ni si quiera existía un CRM”. De hecho, Muñiz explica que se empezaban entonces a hacer ” tímidamente” muchos estudios de mercado, para saber qué es lo que necesitaba el cliente, “con la diferencia de que no tenía el protagonismo que tiene actualmente”. “Por tanto, los primeros contactos fueron para facilitar la venta, el acercamiento de la empresa hacia el cliente. Esos fueron los primeros objetivos de aquel Marketing”.
El cambio de paradigma del cliente, ese que antes desconocía profundamente los productos y servicios, se ha ido transformando, a juicio de Rafael en un consumidor, “que sabe casi más que las propias empresas, especialmente desde la irrupción de internet. Por eso antes de que quieras ofrecerle algo, ya lo conoce”.
En RMG ya advertían esta profunda transformación que iba a producirse y por eso “fuimos de los primeros en manejar un PC, y esa innovación nos llevó también a crear en 1997 el portal de Marketing en español, Foromarketing”. El plus de la manera en la que se hacían las cosas en la Consultora de Muñiz era “que hacíamos comunicación corporativa, que es algo más importante, porque requiere escuchar y saber qué tenemos que decir. Nosotros escuchábamos al cliente y solventábamos sus necesidades sabiendo lo que demandaba”.
El trabajo hecho con pasión iba dando sus frutos. Desde sus primeras incursiones en el mundo del Marketing cosechó logros como la creación y puesta en marcha de ‘Visionlab’, que solventaba la necesidad de gafas hechas en una hora, el Premio Actualidad Económica a una de las 100 mejores ideas empresariales: “La Auditoría Comercial Express” y autor de libros como ‘Marketing del siglo XXI’ (en una sexta edición). Incluso la Universidad de Harvard incorporó como Método del Caso a uno de sus clientes, donde se mencionaba expresamente a RMG como la empresa que confeccionó su política de Marketing Estratégico.
Maestro es el que enseñando aprende
De su faceta como profesor en el Centro de Estudios Financieros (CEF) y la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), destaca la constante motivación por el reciclaje permanente de conocimientos, además del aprendizaje “fifty fifty’ que le proporciona el contacto con los alumnos, “porque yo puedo trasladarles toda mi experiencia, pero también aprendo muchísimo de ellos. Como decía Joao Guimaraes, Maestro no es aquel que enseña, sino aquel que enseñando, aprende. Es un orgullo saber que he contribuido a que muchos de mis alumnos ocupen ahora puestos de responsabilidad en las mejores multinacionales del mundo, y que 20 años más tarde, muchos me contacten por Redes Sociales para confirmarme que aquel Marketing que quería transmitirles, es el que funciona”.
Precisamente del Marketing de la actualidad, Rafa habla de la necesidad de que las marcas no solo fidelicen a su cliente, sino que lo conviertan en prescriptor y fan, “que nos recomienden y vuelvan a comprarnos”. “Ahora, con las nuevas tecnologías necesitamos de una comunicación constante con nuestro cliente para que exista una progresión en la compra y la venta, y esa comunicación la tenemos que llevar a cabo a través de todos los canales posibles, incluso mediante los influencers. La diferencia es que ahora los reyes del negocio publicitario no son necesariamente las figuras del ‘Hola’, con un apellido o una posición social, sino que los protagonistas son personas normales que han democratizado esa forma de comunicar”.
Lo más importante, las personas
Sin embargo, del pasado del Marketing, Muñiz añora la importancia que se le otorgaba a los Equipos, es decir, a sus amigos y compañeros de viaje. “Porque nada de lo que he conseguido a lo largo de este tiempo hubiera sido posible si no me hubiera rodeado de profesionales con verdadera entrega por desarrollar una Carrera Profesional”. “Pese a que cada vez más estamos hablando de los robots, a la persona humana no va a existir nadie que la supla”.
Formación permanente, innovación e ilusión son los tres ingredientes con los que Rafa se queda para que las empresas puedan traspasar la barrera del tiempo, tal como él ha conseguido. Pero el verdadero secreto para haber sobrevivido con éxito estos 30 años es que Muñiz eligió hacerse feliz a sí mismo. “Elegí hacerme feliz ayudando a las empresas a cumplir sus objetivos de Marketing, porque el Marketing es mi pasión. Así me gustaría que se me recordara en el sector: como un entusiasta comunicador que ha querido transmitir cómo el Marketing puede ayudar a las personas a cumplir sus sueños”.
Desde grandes firmas como la ONCE, con la que Rafa trabajó durante más de una década, hasta pequeñas empresas familiares como Arizagres, el CEO de RMG preconiza que la satisfacción de los trabajos no la otorga el tamaño de las empresas, “sino que es una cuestión de trato. Un feedback constante para que te dejen hacer, y estén dispuestos a que hagas”.
Poliédrico, trabajador, lleno de energía. Rafael Muñiz dice llegar a este treinta aniversario de RMG con el reto de haber sabido transmitir este torrente de conceptos y visión de negocio a su hija Virginia Muñiz, ahora directora de la compañía y que será quien tome el testigo generacional. Aunque Rafa hay para rato.
¿Que si me siento satisfecho de estos treinta años? -replica el interrogante, el CEO de RMG-“me siento feliz”, expresa con rotundidad. Y no es para menos. Aquella máxima que dicen que hay que cumplir en la vida, de escribir un libro, tener un hijo y plantar un árbol, la ha alcanzado a pares. “Porque al final mi sueño era conseguir, con mi trabajo, hacer felices a los demás”. Desde el árbol que plantó, Rafael Muñiz hoy lee plácidamente a la sombra.