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Las compañías tienen problemas para seleccionar perfiles concretos
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Retener talento supone poner el foco en las necesidades del individuo
España ya no quiere postularse como el paraíso del sol y playa. Ahora lo que quiere nuestro país es atraer el talento, y más desde que el Reino Unido decidiese abandonar la Unión Europea y la salida de empresas y organismos de la Isla suponen una oportunidad para generar negocio.
En concreto Madrid ha intentado aprovechar la coyuntura interesándose por las entidades financieras de la City, mientras que Barcelona se reivindica como la próxima sede de la Agencia Europea del Medicamento. Para alcanzar estos propósitos hará falta desplegar toda una estrategia política, económica y diplomática, pero la pregunta es, ¿es España un país atrayente para el talento extranjero o para el que se genera dentro de nuestras fronteras?
Polo de atracción para los mejores
La Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) y Adecco debatieron ayer en torno a esta cuestión enfocada en la capacidad de España para competir en talento y las conclusiones fueron muy dispares. El presidente d l Gobierno, presente en el acto, Mariano Rajoy, reafirmó su posición sobre la valía de España para ser polo de atracción de los mejores, máxime teniendo en cuenta que es una nación que ha sabido salir de una gravísima situación económica.
Innovación, inversión en I+D y el sistema formativo son ámbitos de mejora para retener talento Clic para tuitear
Formación limitada en la Universidad y la Empresa
No con tanto optimismo, Enrique Sánchez director general de APD, apuntó que aún queda camino por recorrer poniendo en el centro de la diana la innovación, la inversión en I+D y el sistema formativo como ámbitos de mejora.
Al hilo de esto, Enrique Sánchez, presidente de Adecco en España, puso de manifiesto que las compañías tienen problemas con la selección de determinados perfiles porque la población está poco cualificada y la empresa está lejos del sistema educativo. Carlos Barrabés, fundador de Barrabes.com achaca esta dificultad de encontrar perfiles concretos no solo a la Universidad, sino también a la propia empresa, que no se preocupa por formar a sus empleados.
El talento: una cuestión estructural
La jornada insistió en el talento como una cuestión estructural, que toca a todo el país, porque “España tiene que ser un lugar interesante en el que estar. España es un país que está bien pero no es interesantísimo. Tenemos que cambiar la mentalidad semindustrial que tenemos para convertirnos en un país digital”, señalaba Barrabés.
Tenemos que cambiar la mentalidad semindustrial que tenemos para convertirnos en un país digital Clic para tuitear
Motivación trascendente
Responsabilidad, independencia y pasión son valores a favor de la empresa para retener a sus mejores empleados. En este sentido, José Luis Guillén, presidente de la Fundación San Pablo CEU, explicaba que el salario puede ser una motivación extrínseca pero no trascendente.
Tiene que existir una motivación trascendente, que ponga el foco en el individuo para sumar talento Clic para tuitear
“Todavía falta poner el foco en las necesidades del individuo. Escuchar a las personas para comprender sus necesidades y sus ambiciones, y para que se sientan a gusto y produzcan más”, exponía Corina Cabezas, presidenta de Sodexo.
Para Cabezas el talento se define como la capacidad de la gente de ser adaptable y anticiparse a las necesidades, postura que coincidió con Salvador del Rey, presidente del Instituto Cuatrecasas, que ve como un facilitador o una barrera –según el caso- el ordenamiento regulatorio. “El talento pide una individualización del mérito, pero esta visión no cabe en la norma. Esta además ve el cambio como algo excepcional y no como la norma, y hoy el talento necesita flexibilidad de horarios y la ley no ayuda. Tampoco una remuneración variable o a facilitar la movilidad. En nuestro caso, el marco es una barrera”, concluyó.