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La nueva reforma entrará en vigor el próximo mes de junio de 2023. Esto supone que las empresas sean más cuidadosas para no sufrir las consecuencias.
Las llamadas comerciales o spam son muy comunes, interrumpiendo y molestando a muchas personas diariamente. Es una práctica que se ha intentado regular en varias ocasiones, sin mucho éxito. Las empresas siempre han encontrado la forma de eludir las restricciones y seguir realizando estas llamadas.
Desde hace varios años (1993) existe la Lista Robinson, un sistema que permite a los usuarios inscritos evitar la publicidad spam de las empresas. En un inicio se creó para eliminar el acoso publicitario postal. Más tarde y debido a los avances tecnológicos, se extendió al telefónico. Sin embargo, este recurso no frenó completamente el acoso de las llamadas comerciales.
En 2013, se lanzó la Ley de Protección de los Consumidores. Esta, trataba de eliminar las prácticas comerciales abusivas y evitar que se pusieran trabas a la hora de darse de baja de cualquier tipo de comunicación comercial. Esta Ley tampoco fue efectiva ante el spam telefónico, el cual se continuó realizando.
Por ello, se ha tenido que volver a actuar legislativamente para frenarlo mediante la nueva reforma en la Ley General de Telecomunicaciones. En esta, se sancionará la realización de llamadas telefónicas por parte de las empresas a cualquier persona que no haya dado su consentimiento previo. Así, se evitan las llamadas comerciales indeseadas con el fin de vender productos o servicios.
La Agencia Española de Protección de Datos será la encargada de establecer el criterio para sancionar a las empresas que no cumplan con la nueva normativa, implantando que la pena “pueden llegar hasta los 20 millones de euros o el 4% del volumen de negocio global anual de la empresa infractora“.
Sin embargo, esta normativa no afecta a las llamadas comerciales provenientes de países extranjeros. Por ello, si el call center no está ubicado en territorio español, no habrá restricciones. Obviamente, tampoco las habrá si la empresa ha conseguido previamente la autorización por parte del usuario.
Además, debemos de tener en cuenta que este consentimiento puede ser retirado en cualquier momento. Las empresas deben posibilitar y facilitar este proceso, eliminando los datos de las personas que así lo soliciten. Por tanto, el control por parte del usuario será aún mayor.
Esto conlleva una nueva adaptación y cambio en el sector de las llamadas comerciales y los call centers. Deberán cambiar sus estrategias para adaptarse a la nueva normativa, enfocándose en conseguir la autorización del usuario o transformando el proceso a través de nuevas formas y canales de contacto.