La calidad de la cartera crediticia del sector servicios ha seguido con su deterioro durante el año pasado, para alcanzar un ratio de mora superior al 22%. Aunque buena parte de este porcentaje se debe a la situación del inmobiliario, lo que tira de la morosidad es la evolución de otras actividades, como comercio y hostelería.
Así, durante 2013 la ratio de mora de las entidades de crédito por los préstamos concedidos al comercio ha escalado un 50%, para situarse a final de año en el 15,23%, mientras doce meses antes era del 10,72%. En dos años, el comercio ha duplicado su ratio de mora, ya que en el año 2011 terminó en el 7,2 por ciento.
La razón no sólo se encuentra en ese menor tamaño de la cartera, sino también en que la entrada neta de morosos vuelve a crecer. En total, la banca tiene en balance una cartera crediticia de 658.703 millones de euros concedida a las actividades productivas, un 13,48 por ciento menos que en 2012, de los cuales 143.512 millones corresponden a créditos dudosos. Es decir, la ratio de morosidad se sitúa en el 21,78 por ciento.
Es necesario revertir la situación, y más allá de aquellos que encuentran en el impago su modus vivendi, la falta de empleo es el principal motor de la situación de forma directa o indirecta.