Muchas empresas se han retirado del mercado, otras resisten y las hay que se reinventan, apostando por un cambio como modelo de crecimiento. Este parece el objetivo de la renovación de las cámaras de comercio, que pretenden dar un impulso decidido a la internacionalización, la competitividad y el arbitraje como nuevas tareas de las cámaras y así potenciar su eficiencia, representatividad y estrategia de marketing.
La nueva Cámara de España, organismo del Consejo Superior de Cámaras del Comercio, se presenta las líneas básicas de la nueva Ley de Cámaras que el Gobierno tiene previsto aprobar en el Consejo de Ministros del próximo viernes.
La Ley encomendará a las Cámaras el desarrollo de tres funciones esenciales: el apoyo a la internacionalización de las empresas, especialmente a las pymes, el desarrollo del plan de competitividad, además del estímulo y la potenciación del arbitraje como fórmula sustitutiva del recurso a la Justicia, con lo que se ampliará también el ámbito del ejercicio arbitral para temas de consumo.
Hasta aquí parece que suena bien el cambio propuesto por el Ministerio de Economía y Competitividad, pero creemos que de las palabras a los hechos hay una gran diferencia. Para que el cambio se lleve a cabo la cultura de esta entidad, al igual que la de toda aquella que quiera afrontar un cambio así, y parece que las personas que han de llevarlo son las mismas que estaban por lo que en definitiva dependerá de ellas el alcance real del cambio.
Desde Foro Internacional de Marketing creemos que si nace con unos objetivos claros, nos parece correcto, pero lo que marcará la diferencia entre un cambio efectivo y una titular de prensa serán los hechos. Los que marcará la diferencia será la gestión de la comunicación interna que la Cámara implemente a partir de ahora y la innovación en la gestión.