Todos tenemos ideas, pero convertirlas en negocio es algo que no todo el mundo es capaz de hacer. Para convertir una buena idea en negocio no debemos olvidar que esa misma idea probablemente ya la han tenido muchas personas antes de nosotros.
¿Qué hacer cuando pensamos que tenemos una gran idea que puede llevarse a cabo?
1. Investiga: ¿Existe? ¿Dónde? ¿Cómo se ha llevado a cabo? Y lo más importante, ¿Funciona?.
Probablemente ya exista, y si no existe pregúntate por qué, quizás no sea un negocio viable y otros ya lo intentaron antes que tú. Que exista algo similar no es una mala señal sino todo lo contrario. No se trata de ser el único, se trata de ser el mejor.
2. Elabora un proyecto:
– Global: Volvemos al concepto `Glocal´, es decir, organiza tu proyecto a nivel global e implántalo a nivel local. Este será el secreto de tu éxito.
– Innovador: Que vaya un paso más allá, que se sirva de las nuevas plataformas para satisfacer a las nuevas necesidades del mercado.
– Escalable: Que sea un modelo adaptable a los cambios con las mismas infraestructuras.
– Ambicioso: Que aspire siempre a más, más nichos de mercado, diversificación, expansión…
– Líder del mercado: Como decimos, no se trata de ser el único, se trata de ser el mejor. Hacer las cosas mejor.
– Ser diferente: No queremos que nos comparen con la competencia, queremos que no nos puedan comparar porque estamos “a otro nivel”. Somos distintos, únicos.
3. No pierdas de vista el objetivo de tu inversor: Por mucho que tu idea sea genial, el inversor tiene un único objetivo y ese no es otro que el de ganar dinero con tu negocio. Por ello, es importante que sepamos entender estos objetivos y que nuestro negocio sea un negocio rentable, viable.