Cada día los comerciales tenemos más dificultades para vender, es una de las consecuencias de la crisis. Si antes para cerrar una venta tardábamos una semana, ahora rondamos el mes.
El principal problema son las objeciones que interponen los clientes, la cuestión es que todas suelen ser por el elevado precio del producto. Es aquí cuando el comercial, y en concreto en mi caso, tengo que mostrar mis habilidades de negociante para llegar a un acuerdo con el cliente, que no sea ni muy ventajoso para él ni muy a la baja para nosotros. La verdad es que cuando conoces al interlocutor el trabajo es mucho más fácil, ya que el trato es más cercano y la confianza es mayor. Con algunos clientes llevo trabajando más de 10 años y eso se nota. Cuando llega uno nuevo y hay que tantearle.
Con el tiempo y, por tanto, con la experiencia, se adquieren muchas tablas para lidiar con los clientes y para saber darles la respuesta adecuada cuando ponen pegas.