Las ventajas de ser social: hacia una participación automotivada

Ser 2.0 ya no está de moda. Parece una obviedad afirmar que si no tienes un Smartphone, si no estás en las redes sociales, si no tienes conexión a Internet simplemente no existes para mucha gente. Eres invisible. Cada vez más a colaboradores que, simplemente, no quieren estar en los mundos virtuales.

Sin embargo, tras la primera pasión por los social media y las herramientas 2.0, los tutores, dinamizadores y Community Managers de las empresas se enfrentan cada vez más a colaboradores que, simplemente, no quieren aparecer en los foros corporativos, no le ven la utilidad, la necesidad o simplemente no desean esa exposición mediática.

Del “no tengo tiempo” al “no quiero que otros lean lo que pienso” pasando por “mi vida personal es una cosa y la profesional, otra”, las razones, excusas o argumentos son variados y, ¿por qué no?, válidos. El reto está en cómo cambiar estas actitudes y hacer ver o entender las ventajas de ser social.

Tener una buena comunicación dentro de la empresa es clave del éxito. Si lo que las personas saben se queda en sus cabezas o en sus ordenadores, se está perdiendo conocimiento, experiencia, habilidad, mejores prácticas, saber hacer. Considerando que el mayor activo de cualquier empresa son las personas y lo que saben, es fundamental saber hacer una buena gestión de este hecho, y eso se consigue haciendo que el conocimiento fluya.

En muchas ocasiones se lanzan itinerarios, programas de aprendizaje, comunidades de prácticas, Moocs, juegos de gamificación y otros, y descubrimos que las personas no participan de forma voluntaria, o no participan con la frecuencia o intensidad deseadas.

En estas situaciones es cuando se deben incorporar y llevar a cabo tres estrategias:

•    Diseñar y ejecutar un plan de Community Management del aprendizaje,  moviendo las palancas emocionales que hacen que las personas estén predispuestas a participar de forma voluntaria en su propio desarrollo.

•    Disponer e implementar un adecuado plan de Comunicación del Aprendizaje, implicando a todos los perfiles relacionados con el programa o la iniciativa de formación (los propios usuarios pero también sus mandos, además de las áreas de Sistemas, Formación, Comunicación, Marketing, Comercial/Ventas…) Los adultos no queremos que nos digan el por qué de las cosas, sino el para qué: qué voy a conseguir a cambio de mi tiempo y de mi esfuerzo si participo y me involucro.

•    Y llevar a cabo acciones de sensibilización internas, tales como:
o    Programas de desarrollo de la competencia digital: muchas veces las personas no participan porque no saben cómo o no tienen las habilidades necesarias.
o    Y más allá, organizar talleres de concienciación de la importancia de tener una marca personal (sin diferenciar entre las dimensiones profesionales o personales) como forma de ampliar nuestra empleabilidad y posicionarnos como expertos o referentes de temas concretos.

Es importante distinguir que un tema es motivar a los colaboradores a participar en los programas formativos, y otro muy diferente (pero relacionado) mostrarles las ventajas de disponer de una marca personal. No podemos “obligar” a nuestros colaboradores a tener una marca personal, ya que es un tema de voluntad y deseo personal, que implica actividad consciente, participación  constante y reflexión. La marca personal es una huella que perdura, un reflejo de lo que las personas quieren ser en y para su entorno.

La Marca Personal es lo contrario de ser egoísta: se basa en el intercambio, en las relaciones y en dar para recibir. Implica el concepto de sobresalir para hacer llegar a otros lo que cada uno sabe, con una voluntad de preeminencia y de ayuda hacia los demás,  y con un deseo de dejar una huella positiva en el entorno cercano o lejano.

La fórmula mágica para el Personal Branding implica al menos tres  ingredientes: Creatividad + Constancia + Planificación, y a través de las redes sociales se debe trabajar en los siguientes aspectos:

1.    Identificar los valores, principios y la pasión personal que nos diferencia. En este aspecto es importante ser honesto y transparente, lo cual implica una elevada dosis de autoconocimiento.

2.    Escribir y comunicar contenido único y útil con regularidad. No es suficiente con retuitear o comentar lo que otros escriben, sino que hay que aportar contenido inédito con cierta frecuencia.

3.    Tener presencia activa en las redes sociales más convenientes para promocionar nuestra marca personal: Twitter, Facebook, Linkedin, SlideShare, Youtube, Flicker…, con el objetivo de conseguir que otros nos  conozcan y difundan fácilmente.

Desarrollar la marca personal de nuestros colaboradores dentro de las empresas es útil para crear rutinas inconscientes de compartir conocimientos y experiencias. Sirve igualmente para desarrollar el Engagement y el orgullo de pertenencia, la reciprocidad entre lo que cada uno sabe y lo que puede aprovechar para sí mismo al ser parte de una entidad social (grupo de expertos en un tema concreto) o empresarial (pertenecer a una empresa de renombrado prestigio).

Genera igualmente de forma natural hábitos de participación en las redes sociales corporativas, y en definitiva hace que la marca de nuestra empresa se componga de las excelentes marcas personales de nuestros colaboradores.

 

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