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Los supermercados emplean diferentes técnicas para conocer los impulsos de compra del consumidor.
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Utilizan pequeños trucos para dirigir al consumidor hacia donde ellos quieren.
Recientemente hablábamos en Foromarketing del neuromarketing, y de cómo cada vez más marcas utilizaban esta técnica para conocer los distintos impulsos que llevan a un consumidor a elegir un determinado producto.
Hoy os presentamos el caso de los supermercados, que apuestan por la geolocalización del cliente. Pero, ¿cómo lo hacen?
Los supermercados utilizan beacons, una especie de pequeños GPS que se colocan en los carritos de la compra y que le “chivan” al comercio el recorrido que ha realizado, en qué estantes se quedó más tiempo o los pasillos más visitados. Esto sirve para medir, con una precisión milimétrica, la mejor manera de colocar los productos para exprimirlos al máximo.
Antes se preguntaba directamente al consumidor para conocer sus hábitos de consumo, sin embargo más del 80% de los procesos por los que tomamos decisiones de compra son inconscientes.
Los supermercados utilizan diferentes técnicas para dirigir al consumidor a su antojo Clic para tuitearOtra de las técnicas que se están empezando a utilizar son las gafas con tecnología eye tracking, diseñadas para realizar un seguimiento ocular de los consumidores. Esto ayuda a comprender que zonas del cerebro se muestran más activas cuando miramos un determinado producto.
A continuación os mostramos algunos de los trucos que utilizan los supermercados para atraer y dirigir al consumidor:
- Iluminación. Es fundamental en las secciones perecederas, aportan luz brillante que da sensación de frescura a los productos.
- Carritos de la compra. No suelen ser muy rápidos. Ir despacio aumenta las posibilidades de que ponga su vista en productos que, a priori, no pensaba adquirir.
- Música. El hilo musical afecta inconscientemente a nuestra decisión de compra. Así, una música apresurada incita a comprar de manera más rápida. Sin embargo cuando hay menos clientes, se opta por una música más relajada.
- Cajas. Debido a las más que normales colas que se deben esperar, se tienta al cliente con productos como las golosinas o dulces.
- Precios psicológicos. Aunque no se trata de una técnica reciente, poner 3€ o 2,99€ marca la diferencia entre adquirir el producto o pasar de largo.
- Atracción de los niños. Los supermercados saben perfectamente la influencia que pueden tener los más pequeños de la casa en sus padres. Es por esto que productos como las chucherías o los juguetes se colocan a la altura de sus ojos.