Ya estamos de nuevo en las Navidades y aunque se nos pasaran volando como a la mayoría de vosotros, sí hemos tenido tiempo para reflexionar y renovar ideas para enfrentarnos a este cambio de etapa en el que va a ser necesario emplear todos los recursos que están en nuestra mano para reinventarnos y mantener nuestra competitividad.
Se acerca el final del año, y con él, el cierre del ejercicio. Muchas empresas se han visto obligadas a retirarse y otras se encuentran en espera de tiempos mejores que puede que nunca vuelvan. Es en este momento cuando más que nunca vamos a tener que realizar un importante esfuerzo por dar un paso más allá, reinventarnos. En este sentido, qué mejor aliado en nuestro camino hacia el éxito en las ventas que evolucionar. Si realmente queremos salir victoriosos debemos tener el cuenta que ya no basta sólo con vender, hay que hacerlo de forma profesional. Pensad en vuestra empresa, en la estrategia que sigue y reflexionad sobre una sencilla pero vital cuestión: ¿Los vendedores se limitan a despachar o aportan algo más?
El concepto tradicional de venta ha evolucionado y ha pasado de atraer y vender, únicamente, a atraer, vender, satisfacer, fidelizar y prescribir. Y esto pasa, irremediablemente, por asesorarle, es decir, ayudarle a hacer negocio. En la actualidad, el peso de la cuota de cliente sobre la cuota de mercado ha hecho que la venta haya experimentado importantes cambios, evolucionando hacia el “Program Business Intelligence”, donde la gestión del vendedor adquiere el mayor protagonismo y el cliente se convierte en el eje central de la Estrategia de Marketing.
El vendedor del futuro ha de buscar relaciones estables con sus clientes, aportarles beneficios, un valor añadido, así como soluciones prácticas a sus problemas, es decir, debe convertirse en un auténtico asesor del cliente para lograr fidelizarlo. Sólo si sabemos dar ese paso y entendemos de este modo la venta, lograremos alcanzar el éxito.