Para muchos profesionales, el trabajo nos ofrece una plataforma para crecer cada día, una oportunidad fantástica para sacar todo el potencial que tenemos dentro como personas, para influir sobre los demás de manera positiva, un entorno en el que ayudar a otras personas para hacerlas más felices durante al menos unos instantes. Utilizan y aplican las herramientas del marketing social sin realizar ningún esfuerzo.
En este sentido, todo el mundo lleva un genio dentro, un gigante, pero a veces lo tenemos dormido, o nos lo duermen. ¿Qué tienen estos profesionales? ¿Qué los hace tan fantásticos que logran enamorar al cliente? Enumeremos algunas de sus virtudes aplicadas al marketing social:
- Disfrutan con su trabajo; les encanta lo que hacen y si no, hacen que les encante. Se aplican aquella frase de Tolstoi, “Si no haces lo que te gusta, que te guste lo que haces”.
- Concentración y compromiso con la excelencia; en psicología se utiliza una palabra para describir aquellas situaciones en las que ponemos los cinco sentidos: fluir.
- Creen que con su trabajo ayudan a los demás; no hay labor más gratificante que ayudar a los demás y todos los trabajos, todos sin excepción, pueden hacerse con este planteamiento.
- Tratan a la persona como si fuera la persona más importante del planeta, y así les hacen sentir.
- Son entusiastas, alegres, optimistas; transmiten y contagian energía positiva.
- Son buenos compañeros.
- Tienen un equilibrio entre su vida personal y profesional; no viven para trabajar, saben que la vida tiene otras cosas importantes que no deben descuidar.