El colectivo feminista Georgette Sand de Francia ha denunciado que en las grandes superficies en los artículos de uso cotidiano como las maquinillas de afeitar, desodorantes o cepillos de dientes, las mujeres pagan más que los hombres.
El Ministerio de Economia francés está investigando dicha denuncia para comprobar si existe realmente discriminación de género en las políticas de precios.
Esta práctica no es exclusiva de Francia, en España también se perciben diferencias de precios, pero la organización de consumidores Facua señala que es complicado encontrar productos idénticos en los que sólo varíe el tono. Las marcas argumentan que dicha diferencia en precios se debe a que los componentes y el diseño son diferentes.
Las grandes superficies justifican esta brecha de género en el hecho de que la política de precios se fija en función de la oferta y la demanda: si se vende más, el producto se encarece; y si se vende menos, se abarata. Por ello, las mujeres pagan más, porque en lo que a artículos de higiene y cuidado corporal se refiere, existe más demanda femenina.
Sin embargo, para algunos expertos en marketing, como José Blázquez Jiménez, estas diferencias existen porque las mujeres se preocupan más por el cuidado personal, valoran estos productos más que los hombres y están dispuestas a pagar más.
Desde Foromarketing, y bajo una perspectiva empresarial y como profesionales de marketing, nos parece una práctica muy común en la fijación de precios, pero no creemos que sea un ejemplo de discriminación de género. Las empresas pueden tener infinidad de políticas de precios, pero sin duda, la ley de la oferta y la demanda juega un papel fundamental en la fijación de precios, y es por ello que en los casos de productos de cuidado corporal sí que el colectivo femenino sigue superando notablemente al consumo masculino. Y la ley de la oferta y la demanda establece que, a mayor demanda mayores precios, y viceversa.