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Samsung prevé una caída del 29% de su beneficio operativo.
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La imagen de marca es uno de los principales problemas a los que se enfrenta.
Tras el anuncio de la cancelación definitiva de la producción del Samsung Galaxy Note 7, los problemas de la multinacional surcoreana parece que no han hecho nada más que empezar. Hace dos días se vieron obligados a advertir a todos los propietarios del terminal que lo apagaran y lo dejaran de usar. Estos anuncios provocaron que perdieran el otro día un 8% en la bolsa de Seúl, o lo que es lo mismo 15.000 millones de euros.
Tras el entierro de su buque insignia, parece claro que Samsung se enfrentará a una importante crisis de la que tal vez no logren reponerse en mucho tiempo. De nada vale ya que la compañía empezara el año con una cuota de mercado del 22,3%, lejos del 12,9% que tenía Apple. Y es que además de las ingentes cantidades de dinero que ya ha perdido y perderá, ese no es su único problema. La imagen de la compañía ha sufrido un duro golpe. No sabemos si por falta de previsión ante una situación similar, pero de momento la reacción de la empresa es nula, ya que aún no se conoce a ciencia cierta qué medidas van a tomar.
Samsung prevé una caída del 29% en sus beneficios por la crisis del Galaxy Note 7 Clic para tuitear“El hecho de que las unidades de reemplazo del Galaxy Note 7 siguieran siendo defectuosas pese a los esfuerzos de la compañía con solucionar con rapidez el problema, es lo que situó en una posición límite a Samsung”, según comentan los analistas. Es por esto que son muchos los que ya coinciden en que será el proceso de lavado de imagen lo que más le costará a la empresa.
A esto debemos sumar que Samsung prevé una caída del 29% en su beneficio operativo, cifra que se ha visto agudizada por la caída generalizada en la venta de smartphones a nivel mundial.
Expertos calculan que lo que más le costará a Samsung será lavar su imagen Clic para tuitearNo cabe duda de que es ahora cuando la empresa deberá establecer un buen plan de marketing y comunicación que logre trasladar una imagen positiva, solvente y tranquilizadora no solo al mercado, sino a todos los consumidores de smartphones. Es verdad que en los países asiáticos la cultura del marketing está menos arraigada que en occidente, pero esto no valdrá de excusa para las futuras decisiones que se deberán tomar.
La primera de todas obligará a uno de los máximos representantes de la compañía a ofrecer explicaciones, de manera que se muestre un proceso transparente de todo lo que ha ocurrido. Posteriormente sus esfuerzos se deberán centrar en un cambio íntegro de imagen para que esta crisis no afecte a otros productos de la marca. Probablemente será en las próximas semanas cuando veamos muchas de las reacciones no solo de Samsung, sino de sus principales competidores.